El ser solidarios. La solidaridad es un valor personal, que expresa las manifestaciones más puras de los hombres y las mujeres como seres sociales. En un grupo colectivo o social, la solidaridad es la capacidad de actuar como un todo en un grupo. Es un término que denota un alto grado de integración y estabilidad interna; por eso es indispensable que se contemple en el desarrollo del niño como futuro hombre de paz.

Es un vínculo que une a hombres y países para que el bienestar de algunos determine el bienestar de los demás. Un hombre o mujer solidarios es el que está vinculado o unido a otros por intereses y responsabilidades comunales.

Debemos sentir felicidad con los éxitos de los demás y tristeza por los problemas que suceden con situaciones de nuestro alrededor. Además, podemos enseñarles a ser sensibles con los más pequeños y los ancianos, y que en otras partes del mundo hay niños, hombres y mujeres que necesitan nuestra ayuda, que los países deben ayudarse mutuamente para poder vivir pacíficamente.

Ejemplos de solidaridad.

Saber escuchar.

Cuidar a los animales.

Hacer trabajos de voluntariado.

Prestar ayuda de primeros auxilios.

Ceder el asiento.

Colaborar en actividades infantiles.

Destinar ayudas a organizaciones sin fines de lucro.

Notas:

La virtud de la solidaridad es una expresión de la buena voluntad de una persona. Esencialmente, todos somos solidarios porque en el fondo todos somos personas de buena voluntad.

La solidaridad nace y se despierta en la voluntad de todo ser humano. Es como el cálido rayo de sol: donde quiera que caiga, deja un calor que irradia sin violencia.

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